Para lograr una mejor calidad de vida y un mayor desarrollo económico, la tecnología es clave. Con la tecnología adecuada, las autoridades públicas podrán educar a los conductores y garantizar una reducción del número de accidentes de tráfico. Se necesita una tecnología fiable y precisa. En algunas regiones, sigue siendo habitual que los oficiales de policía tengan que estar en la carretera con algún sistema para aplicar sanciones por infracciones. El control manual de la velocidad, no obstante, requiere una gran cantidad de mano de obra, lo que conlleva costes elevados y hace imposible la monitorización 24/7.
Pero sin monitorización, no cambiará nada en el comportamiento de los conductores. Los límites de velocidad son importantes, pero sin su control suelen ser inútiles. Lo importante en este caso es que los conductores acepten la imposición del cumplimiento. La tecnología utilizada para la monitorización debe ser fiable y justa.
El LiDAR (Light Detection and Ranging) es una alternativa a las cámaras de radar a la hora de capturar situaciones de circulación concretas. Los sistemas envían haces de rayos láser a una distancia de 75 metros y siguen vehículos detectados de todo tipo. En el rango de 50 a 20 metros, la velocidad media de cada vehículo se determina con la ayuda de estos rayos láser (“medición de tiempo de vuelo del láser”). Los rayos láser permiten clasificar el tamaño de los vehículos y combinar esta información con la velocidad media. Si existe infracción, se fotografiará solo el vehículo que supere la velocidad máxima. No importa si hay mucho tráfico, si los vehículos están demasiado juntos o si cambian de carril. Se realiza el seguimiento de cada vehículo y la infracción queda claramente documentada. De esta forma se generan datos digitales a prueba de manipulaciones que garantizan una absoluta certeza legal.