Los medicamentos y los dispositivos médicos se suministran normalmente en un envase primario y otro secundario, cada uno de los cuales contiene información importante. Los medicamentos se suministran en viales, jeringas, bolsas de infusión, envases blíster, etc. Estos contenedores se empaquetan a su vez en cajas, fundas o palés de transporte.
Los contenedores pueden estar hechos de una gran variedad de materiales como cristal, plástico, láminas de metal, papel y cartón. Los materiales pueden ser rígidos o flexibles, satinados o mates, transparentes o reflectantes. Algunas etiquetas se imprimen previamente mientras que otras se imprimen con posterioridad a su aplicación en el contenedor. Estas variables inciden en cómo se muestra y percibe la información impresa.
Además, las letras en los envases flexibles o redondeados no suele tener el mismo aspecto que sobre superficies planas, ya que sufren una ligera distorsión. En las superficies satinadas y transparentes, la luz ambiental también cambia la percepción.